Tu personaje, Nucky, está basado en un político corrupto de la vida real. ¿Él te sirvió de modelo?
Físicamente soy muy diferente del real. Él medía, creo, 1,80 metros y pesaba 113 kg. Así que yo no estaba imitando a nadie. El guión me hace desarrollar la creatividad. Pero este es un papel -porque el personaje tiene muchas dimensiones- con el que sueña todo actor. Está junto a cualquiera de los mejores papeles que he hecho.
A tu personaje lo llamaron "un poco raro" en Fargo. ¿En algún momento has tratado de cambiar tu apariencia para conseguir un papel?
No creo haber hecho nada extremo. Trabajo con lo que tengo. Desde luego en Los Soprano, cuando trabajaba ahí, recuerdo haber hecho un poco de ejercicio, pero no mucho. En realidad solo fue algo que hice porque quería sentir más fuerza física.
¿Alguna vez te quedas en el personaje cuando la cámara deja de rodar?
No, no soy uno de esos. Definitivamente no soy el personaje. Ni siquiera cuando estoy en el set. Hago la escena y cuando la escena se termina vuelvo a ser yo. Cuando me quito la ropa de vestuario, se terminó. Sí.
Además de los hermanos Coen, has trabajado con todo el mundo desde Tarantino, Robert Rodriguez hasta Jim Jarmusch y Michael Bay. ¿Qué has aprendido de ellos?
Cuando trabajé con Robert Altman en Kansas City (1996), él dijo que no le importaba si la película hacía un centavo. Si quería ser exitoso, quería serlo dentro de sus términos. Inmediatamente se corrigió y dijo: "En nuestros términos". Para mí, eso significaba que a él le importaban las películas que hacía y la gente con la que trabajaba. Esa filosofía que tenía era muy buena.
¿Cual de tus películas te es más parafraseada por los fans?
El gran Lebowski probablemente. O Reservoir Dogs. No sucede muy a menudo. Quizá Con Air. A la gente le gusta la canción, He’s Got The Whole World In His Hands. A veces me la cantan.
¿Te la cantan? ¿No te molesta?
Está bien. Me alego que la gente vea y recuerde. Generalmente no es muy molesto. En su mayoría son amables.
¿Alguna vez la pasaste mal con alguna camarera? Porque el Sr. Rosa no dejaba propinas...
Sabes, sucedía más después de que se entrenó la película, ya no tanto. Y sí dejo propinas. Lo hago. Espero estar siendo generoso.
Te matan en un montón de películas. ¿Cual es tu escena de muerte favorita?
Creo que la de El gran Lebowski. Fue inesperada. Cuando mi personaje tiene un ataque al corazón el final, es una encantadora escena entre Walter y Donny. Sabes, porque Walter le grita durante toda la película, pero es en esos momentos finales cuando ves el afecto que le tiene.
Por supuesto, Buscemi había muerto mucho antes de actuar en cualquier película. Durante los '80 trabajo como comediante stand-up en Nueva York. No era malo. Tampoco era maravilloso. Como pronóstico del destino de muchos de sus personajes, había reales encontronazos con la muerte.
De niño, se fracturó el cráneo al ser golpeado por un autobús. En otra ocasión, fue golpeado por un automóvil mientras perseguía una pelota. Y en 2001 fue apuñalado tres veces cuando se encontraba en medio de una pelea en un bar junto a Vince Vaughn. Tiene sentido descubrir que el maestro de los inadaptados nació un viernes 13.
"Siempre disfruté un poco el haber nacido un viernes 13", se ríe. ¿No crees que tienes mala suerte? "Siempre consideré el 13 como mi número de la suerte, y consideré todas esas cosas no como mala suerte, en absoluto. Un gato negro cursándose en tu camino o romper un espejo. Todo se trata de cómo lo mires".
¿Cual es el trabajo más extraño que has hecho?
Solía vender periódicos en el peaje del Puente Triborough. Es un trabajo raro. Pero trabajé en una estación de servicio. Conduje un camión de helados. Trabajé para una empresa de mudanzas. Fui lavaplatos. Fui ayudante de camarero.
Entonces si no fueses actor, ¿que hubieses sido?
Probablemente todavía estaría en el Departamento de Bomberos. Tendría 30 años trabajando, no dudo que hubiese continuado haciendo en eso.
Solías ser comediante en vivo también. ¿Por qué no continuaste?
Sentí que, para mí, era como... No podía encontrar mi propio estilo cómico y estaba tomando clases de actuación al mismo tiempo, y me di cuenta de que me gustaba más la actuación. Pero de joven siempre me gustaron los comediantes. Como George Carlin, Steve Martin, Woody Allen y Buster Keaton.
¿Hacer comedia en vivo es más difícil que actuar?
Bien, para mí lo era. Me gusta tener otras personas alrededor, me gusta enfrentarlos y tener ese compañerismo. Y haciendo comedia en vivo, estás solo. Y... supongo que no me gustaba la soledad.
¿Era como morir en el escenario?
Es terrible cuando no te estas conectando con el público. Hay veces que, siendo nuevo, subes al escenario a las 3am y no hay casi nadie. Pero a veces esos pueden ser algunos de los mejores shows. Un buen público es un buen público, incluso si es de seis personas.
Todos parecen pronunciar tu apellido de manera diferente. ¿Cual es la manera correcta de decirlo?
Bien, yo digo "Boo-sem-ee". Pero supongo que la pronunciación correcta italiana es "Bush-emmi", así que nunca corrijo a la gente.
Tu próxima película es On the Road [basada en el libro de Jack Kerouac]. Con una novela tan importante, ¿hay presión para hacer bien la película?
Bien, ¡yo no estoy presionado! Solo interpreto a un viajante hombre de negocios que recoge a los jóvenes. No quiero mencionar demasiado porque solo estoy en un par de escenas. Me encanta el libro y me alegro de que finalmente se esté adaptando al cine.
Has dirigido cuatro películas. ¿Hay algún libro que te gustaría adaptar?
Sí, hay un libro de William Burroughs llamado Queer que he estado tratando de llevar al cine. Y hay un libro de cuentos cortos escrito por Davy Rothbart, llamado The Lone Surfer Of Montana, Kansas. He adaptado tres de los cuentos y estamos intentando llevarlo al cine también.
Haces muchas películas. Cerca de cinco al año...
Siento que trabajo mucho. Incluso cuando no estoy filmando, estoy tratando de hacer algo.
¿Qué haces para relajarte?
Este... no sé. Solo paso el tiempo. No es que tenga un pasatiempo o algo. Bueno, sí tenemos un lugar al norte del estado de Nueva York, y me gusta ir allá. Si es invierno, hay una chimenea y me encanta prender el fuego y sentarme frente a él. No soy una persona sorprendente. Quizás a la gente le sorprenda saber que en realidad soy un poco aburrido.
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